La fuerza de Dios me guía, majestuoso y sublime,
acude a mi llamado.
De tu mano brota la luz de Dios,
derrámala sobre mí.
Permíteme abrir las puertas que están cerradas
mediante la llave de la fe en Dios.
Benévolo Uriel, mantente cerca de mí,
permíteme la gracia de
(añadir el pedido que se desee),
en beneficio de todos los impicados
bajo la gracia y de manera perfecta.
Gracias santo arcángel por concedérmelo.
Bendito sea el nombre de Dios.
AMÉN
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